“No me gusta leer” es una frase comparable a «no me gusta la comida», «no me gusta jugar» o «no me gusta hablar». Igual que hay comida que nos encanta, juegos que nos apasionan y charlas emocionantes, hay también lecturas que nos pueden maravillar.
Lectura es sinónimo de placer. Para que lectura sea sinónimo de placer, el libro se ha de convertir en una puerta de entrada a la imaginación y a la fantasía. Formar en nuestra mente lo que el escritor nos ha dibujado con palabras, reír, llorar, sentir como se sienten los personajes, vivir la realidad que el libro nos propone.
Si eres de los que creen que no les gusta leer, no te preocupes. Tal vez todavía ningún libro te ha elegido porque no le has dado la oportunidad. Hay que darle a los libros la oportunidad, tomarse el tiempo que sea necesario, dejar la mente en blanco, relajarse, sumergirse de lleno en lo que el texto nos cuenta y crear nuestras propia película a partir de sus palabras. Marca una cita con un libro, queda con él en un rincón agradable y solitario, permite que te cuente sus secretos y se convertirá en uno de tus mejores amigos.
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Por cierto, ya puedes empezar a leer «Tristes armas». Muy pronto empezaremos un cómic basado en la novela, que puede empezar así:
O así:
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